ANÉCDOTAS: EXCURSIÓN POR EL VALLE DE AYABARRENA-VERANO DE 2013



Lo prometido es deuda. Como en un principio ya se acordó con el resto de participantes que fueron asistiendo a las distintas actividades organizadas durante esta primera campaña estival, procuraré ir subiendo algo de información acerca de las numerosas curiosidades que se pudieron ir observando a lo largo de los diferentes senderos interpretativos practicados en compañía de SILVESTRES

Podéis utilizar este blog como un Cuaderno de Campo Personal. Consultad su información y datos técnicos relativos a las singularidades estudiadas; y en especial, sobre aquellas anécdotas que más os hayan podido llamar la atención. Visitadlo con relativa frecuencia para refrescar la memoria. Podéis participar y resolver vuestras dudas comentando las diferentes entradas y publicaciones ¡Ánimo pues! Que no os de reparo alguno.

Este es vuestro sitio. Una ventana permanentemente abierta desde donde podréis contemplar un paradisíaco horizonte natural, embellecido por innumerables bosques, ríos y montañas. Colmado de maravillosos paisajes de ensueño, en constante cambio, en sintonía plena con el ritmo estacional. Leves transformaciones que solo unos pocos tienen la capacidad de percibir y apreciar. Así pues; en cada estación, cada mes, cada día,... en cada preciso instante que finaliza a nuestro alrededor, la naturaleza con su incombustible magia nunca dejará de sorprendernos. De abrumarnos con su más ínfimo detalle. El ir y venir de ésa ambigua dimensión que denominamos tiempo. Con su inapelable huella impresa en el derredor y sobre los animados seres que lo habitan. Por muy lejos que podáis encontraros, os invito a que de vez en cuanto conectéis para ver lo que sucede por Ezcaray, para que apreciéis cómo cambia y se transforma vuestra tierra amiga. Siempre intentaré transmitíroslo de las mejor manera posible, desde la cercanía y la amistad.  

Ruego perdonéis el retraso. Cuando el tiempo me lo permita iré subiendo otras excursiones que seguro os gustarán por igual. 


Durante esta breve excursión, paseamos por uno de los míticos valles que ornamentan la comarca montañosa del Alto Valle del Oja riojano. Bajo mi punto de vista, éste uno de los enclaves más indómitos y menos conocidos de la Sierra de La Demanda de Ezcaray. En esta ocasión, no nos dedicamos a ascender por las vertientes empinadas de la montaña, sino que realizamos una tranquila caminata transitando por el fondo del mismo valle, entre flamantes praderías, escuchando el animado bullicio del Arroyo de Las Cenáticas, principal afluente formador de esta pequeña cuenca demandesa. Sus alegres corrientes descienden inmaculadas desde las elevadas majadas que aparecen descritas bajo el mismo nombre, siguiendo una orientación Oeste-Este, para terminar desembocando en el río Oja a la altura de la aldea de Posadas. Las antiguas Majadas de Las Cenáticas se localizan en lo alto del valle de Ayabarrena, en la ladera oriental del collado que separa las cumbres de Campos Blancos y Torocuervo, y que además marca la línea fronteriza con la inmediata Provincia de Burgos. 


La poderosa Umbría de Ayabarrena lentamente recupera sus esquilmados bosques originarios. Arboleda mixta en los prados de Ilontia. Arriba en lo alto del barranco, Hayedo de Galarcia en plena fase de regeneración natural. Por encima de él, sobresale la Peña Morena


Una distancia reducida a la que también se unió un escaso desnivel de ascensión, módicas condiciones que favorecieron la asistencia de algunas familias acompañadas por jóvenes y pequeños, que con su vivaracha simpatía se encargaron de armonizar el ritmo de marcha. Desde la organización cabe agradecer el avance solidario que practicó el resto grupo durante todo el transcurso de la travesía, compadeciéndose del reducido paso de los más peques, que meritoriamente lograron llegar hasta el final del valle, en lo más alto de las Cerradas de Yabura. Aquel día, sin la inestimable colaboración del grupo, difícilmente podríamos haber surcado las pujantes aguas de los arroyos de Chocorrego, Arambura y Arrobia, acaudaladas tras la tormenta del día anterior. Mil gracias a todos, en especial a Juanjo y Moncho, siempre atentos a los caminantes más rezagados.



Todavía pueden apreciarse algunos restos de la arquitectura típica serrana en la decadente aldea de Ayabarrena. Actualmente todavía existen dos viviendas que permanecen habitadas durante todo el año. Otras tres se han restaurado y el resto de la aldea se mantiene en ruina. El estudioso de la toponimia Aznar Martínez (Errioxa), propone el significado de Ayabarrena como una composición de origen vasco. Aia-barrena; de Aia=nombre de una zona, derivado de ai="cuesta, declive" y el artículo –a, más el elemento barren="abajo, debajo". -Bajo el lugar, bajo la cuesta, bajo el declive-, serían algunas de las viables traducciones que hacen referencia al antiquísimo nombre bajo el que fundó esta pedanía dependiente del vecino Concejo de Posadas. Otras fuentes señalan una posible raíz de procedencia celta, relacionando el término Aya” con la aparición en el valle de abundantes yacimientos ricos en metales. Cosa que no resulta descabellada, pues los montes del Oja han gozado siempre de una arraigada tradición minerometalúrgica.  

Cuidadas huertas en la aldea de Ayabarrena

Arquitectura restaurada en la aldea de Ayabarrena.



A parte de las inmejorables vistas circundantes, otro de los atractivos que presenta esta agradable excursión es el precioso sendero a recorrer, pues transita guarnecido entre viejos muros de piedra, tapizándose por una esponjosa capa de hierba y musgo que de forma exquisita alivia el caminar. Esta insólita verada se utilizó tiempo atrás por los habitantes de los valles de Ayaberrena, Posadas y Altuzarra, empleándose durante sus prestas labores cotidianas. Tradicionales y arduos oficios dedicados a la agricultura de montaña, la ganadería, la caza u otros usos forestales, actualmente en vías de desaparición. 

El Sendero Viejo de los Prados de Ayabarrena es una de las excursiones que no puedes dejar de perderte por el Valle de Ezcaray. 


Todos los valles de la comarca del Alto Oja poseían su particular camino viejo de los prados. Circulando por la profundidad de cada valle, desde cada aldea, dichos senderos permitían el acceso a huertas, prados y fincas de regadío. Facilitaban el trasiego de los ganados domésticos, incluyendo el acarreo de otras materias primas que se bajaban azarosamente de los montes; especialmente de leñas, carbón y diversos metales procedentes de la actividad minera. Los pasos que permitían la comunicación entre los distintos puntos del valle se denominaban “pasadas”, y si sus flancos estaban custodiados por pequeñas tapias de piedra entonces se los llamaba “callejas” o “callejos”, estos últimos, generalmente, se solían encontrar más inmersos en los dominios del propio monte. Otra construcción típica ligada a esta suerte de infraestructuras eran los puentes de piedra, utilizados para salvar las corrientes de los arroyos de montaña cuyas preciadas aguas eran desviadas mediante la usanza de esmeradas canalizaciones. Cuidadas acequias encargadas de recoger y distribuir el valioso recurso hídrico que se destinaba al riego de los prados durante la época seca del verano, lo que tendía a estimular la producción de pasto para siega o bien para diente del ganado. 

Hoy en día, apenas logramos vislumbrar los retazos de un modo de vida que ha ido desapareciendo con el paso de los años, cuyos derrumbados restos se aferran a la existencia de una historia imperecedera. La cruenta vida de nuestros antepasados más recientes. La dura lucha por el existir, por sobrevivir y saber acomodarse frente un entorno hostil. El paso del hombre por la Tierra. La romántica comunión con la naturaleza circundante… sentimentales sensaciones que todavía perduran y pueden saborearse cuando merodeamos inmersos por el interior de estos relictos espacios humanizados. La invasión frondosa del salvaje vergel, termina decorando lo que se aproxima a una fantástica y enternecedora imagen de cuento de hadas, de otro tiempo pasado.  

Los túneles de vegetación tapizando las viejas veredas y callejas de piedra representan uno de los paisajes más pintorescos y sobresalientes del entorno natural del Alto Oja y sus aldeas. La entrada al "Jardín Secreto" de la famosa escritora inglesa Frances Hodgson


Desde aquí, quiero hacer un llamamiento para que las instituciones públicas tengan más en cuenta este tipo de infraestructuras populares. Como auténticas obras de arte, forman parte de una expresiva identidad etnográfica, patrimonio endémico de las tierras bañadas por las aguas del río Oja al inicio de su andadura ribereña. Mudos testigos de nuestra historia y devenir en un pasado no muy lejano. Magistral arquitectura rural que se funde apaciblemente con los elementos naturales del entorno adyacente. 

No deben ser consideradas obras viejas e inservibles, pues forman parte del denominado Patrimonio Histórico Artístico del Valle del Oja. Restaurémoslas. Cuidémoslas. No permitamos que sucumban ante la pala de la maquinaria pesada. Perentoriamente deberían permanecer tal y como están, más o menos derruidas, señalándonos la entrada a la siempre acogedora montaña. 

Foto de grupo en el prado Los Hombres, desde donde puede contemplarse una sobrecogedora panorámica del coloso pico de Campos Blancos.  

Vistas desde el punto final del recorrido. Las Cerradas de Yabura y Lizarcia, marcan el final de los prados del valle antes de adentrarnos en los dominios de la alta montaña de Ayabarrena. 

El esquivo Xerocomus pulverulentus es un hongo integrante de la familia de las boletáceas que también aparece publicado con el nombre de Boletus pulverulentus. Fructifica de manera escasa y localizada en algunos bosques mixtos de avellanos en los fondos de valle, principalmente durante la estación estival. Su rasgo diferencial lo observamos al practicar una incisión que atraviese su carne. Ésta, al ponerse en contacto con el aire, adquiere una coloración azul marino muy intensa. Especie no comestible, a proteger por su rareza. 

Lobaria pulmonaria es tipo de liquen de morfología foliosa, cuyo aspecto recuerda a las hojas de un alga. Habita principalmente sobre troncos de árboles y es indicador de zonas húmedas de clima atlántico, con elevada humedad ambiental y pureza en el aire.  Su carne es higroscópica, cambia de turgencia y coloración en función del grado de hidratación de sus tejidos. De esta forma, este ser vivo funciona como un higrómetro natural que mide con gran exactitud la saturación atmosférica. Los leñadores vascos y navarros conocían bien sus virtudes medicinales. La empleaban como especie vulneraria, para desinfectar y cicatrizar heridas producidas tras posibles cortes durante las labores de corta de leña. 



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